Otra vez tengo que referirme a este chifa, alla por los 60 tenia una hermosa pileta en el centro del restaurante donde podías escoger el pez que deseas almorzar. Muy al estilo tradicional Chino.
Me gusta cuando encuentro personas que han estado ahi, para contarme historias chicas o grandes que son fabulosas.
Aun sigo pensando en el niño con su perro, supongo que seria el hijo del dueño o de algún cocinero chino.
Hace poco un amigo me comento que existe un poeta chino llamado Ton Phom y de ahí provenía el nombre.
Gracias Taniguchi por nuevas fotos de achivo y una hermosa historia del lugar
Hola ese chifa era lo mejor sobre todo el dim sun. Los bocadillos chinos
que se preparaban hasta las tres de la tarde y recuerdo que la cocina
estaba ubicada en el Segundo piso, y bajaban el dim sun de manera mecanica
del Segundo piso al primero en 1972 cuando regrese a Perú lo primero que
hice fue buscar ese mágico lugar para mi. mi Madre nos sorprendía
llevándonos a comer a ese lugar que tanto nos gustaba. saludos y gracias por este lindo articulo
* Preguntado a los mayores indican: La foto ha sido tomada desde la Beneficencia China hacia la calle capón y la foto podría
En la foto se puede apreciar el letrero que dice 城東
El primer carácter parece ser casa o castillo y el 2do este, por lo que se puede traducir como Castillo del Oeste.
El chifa estaba ubicado en la misma calle Capón, aun ahora queda el vestigio de su existencia en el lugar del local un centro comercial con el mismo nombre.
Algunas otras publicaciones sobre CHIFA
Publicación de la Municipalidad de Lima sobre los Chifas (PDF DESCARGAR)
La historia del Chifa San Joy Lao, uno de los primeros establecidos y
más emblemáticos en la Calle Capón, a principios del siglo pasado, es
develada por una descendiente directa del fundador un siglo después,
reconstruyendo el paso desde la raíz del clan desde que nacieron en el
poblado Pun Yui, en la sureña provincia de Guangdong (Cantón).
Su nombre original, traducido a la escritura en español, era Chong Tou.
En la capital provincial, a donde fue a trabajar desde muy joven,
aprendió las técnicas del arte culinario desempeñándose como ayudante de
cocina.
Al escuchar hablar de América del Sur, cuando frisaba los 19 años, se
embarcó en un viaje por mar de seis meses, presumiblemente porque había
hecho escala en la costa del Pacífico de Estados Unidos, y arribó al
Callao en 1911.
Por alguna razón aún desconocida, registró como su nombre el de San Joy
Lao. A su llegada a Lima fundó el Chifa del mismo nombre, que en sus
inicios funcionó como fonda. Este negocio le permitió hacerse de un
importante ahorro y emprendió un primer retorno a su pueblo natal, donde
se casó con Chung Woon Yung, procreando 4 hijos (dos varones y dos
mujeres), el primero de ellos falleció cuando tenía 9 años de edad,
sobreviviendo Wen Ling, Jo Kan y Weng Ching. Tiempo después, decidió
volver al Perú.
Teniendo como armas la frugalidad, tenacidad y la paciencia oriental,
juntó un capital que le permitió transformar la fonda, en el Gran Chifa
San Joy Lao, en la calle Capón 765, compitiendo con sus vecinos Tong
Quin Sen, Kuong Tong, Ton Pho, Chung Kuo y otros, pues la demanda entre
los peruanos por la comida china iba creciendo.
A diferencia de sus émulos, con el paso del tiempo, amplió l
as
instalaciones con salones de banquete, privados y de baile, contratando
notables orquestas; las revistas Oriental y Cascabel, allá por la década
del ‘30, lo calificaban como el mejor restaurante chino del país.
No era extraño, entonces, que grandes personalidades de la época fueran a
degustar la atractiva lista de la carta gastronómica, a la par de
celebrar matrimonios y bautizos, reuniones empresariales y otros: las
sopas Nido de golondrina y Aleta de tiburón eran muy apreciados y
solicitados, igual el arroz chaufa con salsa de ostión, el pescado con
tofú o a vapor con hongos, el huevo a vapor con salchicha china o
camarones, entre otros, así como las famosas naranjitas chinas en
almíbar.
El decorado del local mostraba finos acabados, desde la entrada, con una
escalera de mármol y bronce que conducía al salón principal; en el
segundo piso estaban los salones privados; en el tercer piso, estaba la
pista de baile; los muebles de madera eran importados de China e igual
los utensilios.
El terremoto de 1940 afectó al San Joy Lao como a otros; en su caso,
hubo una remodelación total y los muebles originales fueron renovados,
con la participación de ebanistas y carpinteros japoneses recomendados
por el inseparable amigo de apellido Fukay, que contaba con una empresa
de construcción.
Cinco años después del violento sismo, de 8,2 grados en la escala de
Richter, y concluida la II Guerra Mundial, Chong Tou o San Joy Lao
decidió retornar en definitiva a Pun Yui; previamente, transformó el
accionariado del restaurante incorporando a cuatro socios; 24% para él y
19% para cada uno de los nuevos integrantes, uno de ellos un sobrino.
Alrededor de 1970, por las malos manejos de uno de los socios el San Joy
Lao cayó en desgracia, a pesar que sus trabajadores intentaron
reflotarlo; empero, cerró sus puertas de forma definitiva. A partir de
entonces la familia jamás cedió ni usó para ningún otro negocio o fin
comercial el nombre “San Joy Lao”.