jueves, octubre 05, 2006

Barrio Chino

Un arco de ocho metros de altura y trece metros de ancho da la bienvenida. “Calle China” es el mensaje que esconden unos ideogramas colocados en la cúspide de la portada; en el lado contrario, se esconde un pensamiento “bajo el cielo todos los hombres somos iguales”.
Filosofía y matices orientales clavados en pleno centro de la ciudad. El arco o portada China, es la puerta que conduce a un lugar de particular encanto dentro de la urbe limeña, que abarca la calle Capón (cuadras 7 y 8 ) y los jirones Andahuaylas (cuadras 7 y 8 ), Paruro (cuadras 7,8 y 9) y Huanta (cuadra 9).

Hasta mediados de 1997, la portada tipo pagoda, imponente entrada al Barrio Chino -diseñada por el arquitecto proyectista Kuoway Ruiz y donada por el gobierno de Taiwan- languidecía, solitaria pero erguida, indiferente a los pregones y a los gritos, al ir y venir de una ciudad adormecida, a la que no le importaba que una manta de polvo cubriera sus bases, ni que las columnas, robustas e imponentes, estuvieran sucias y empapeladas.

El brillo y el color se habían esfumado del Barrio Chino y los orientales más viejos recordaban que en 1971, cuando la portada fue inaugurada, los dragones y leones, coloridamente feroces, recorrieron con su andar de serpiente las calles de Lima llegando a la mismísima Plaza de Armas. Fue una verdadera fiesta, en la que los hombres y mujeres de oriental origen, llenaron la ciudad con el brillo de sus antiguas tradiciones.

Recordaban, también, que en todas las calles habían farolas de tipo oriental y que en las veredas se habían grabado ideogramas que deseaban “larga vida y felicidad” a los transeúntes; además, en la zona funcionaba los mejores chifas de la ciudad, siendo los más conocidos el Ton Qui Sen, San Joy Lao, Men Yu, Kuong Tong y Tong Po.

Todo parecía perdido para siempre. Pero el 20 de julio de 1997 las luces de neón de la portada se prendieron de nuevo y las columnas lucieron impecables. El Barrio Chino renacía luego de años de olvido. Otra vez leones y dragones salieron a las calles, ante la mirada atónita de los limeños y de su alcalde, Alberto Andrade, gestor de la recuperación.

El Barrio Chino va reencontrando el esplendor de antaño. Nuevamente se puede caminar por sus calles sin temor a ser atropellado por el ejército de vendedores ambulantes que se habían apoderado de sus veredas. Nuevamente se puede disfrutar de los salones de té ubicados en la calle Capón y de los chifas del jirón Paruro. “Larga vida y felicidad”, recién ahora el mensaje parecería tener sentido.

Historia de un barrio

Los primeros 75 chinos llegaron al Perú -a la provincia de Cañete y al departamento de Ica- para ser más precisos en 1849. Ellos vinieron para trabajar en las haciendas de la costa, en las cuales faltaban brazos debido a la liberación de los esclavos negros.

En los 25 años siguientes ingresaron al Perú alrededor de 100 mil chinos. Entonces, no sólo trabajaban en las haciendas, sino en la construcción de los ferrocarriles y la extracción de guano.

Al terminar la Guerra del Pacífico, la mayoría de los chinos emigraron a las principales ciudades, especialmente Lima, en donde se formó el asentamiento de cantoneses más importante del país.

Pero es recién a partir del año 50 que se puede hablar de un Barrio Chino en Lima. Por aquellos días nace la calle Capón, que se hizo famosa por sus chifas, que cocinaban comidas típicas de las provincias de Guangdon (Cantón), Sichuán y Pekín, lugares de los que provenían la mayoría de los inmigrantes, quienes preparaban sus riquísimos y exóticos platos, con especias como la pimienta sichuán y el chempi, entre otros.

Actualmente, en el Barrio Chino, funciona la Sociedad de Beneficencia China, circulan dos periódicos chinos; La Voz de la Colonia China los días martes, miércoles, viernes y sábado, y, el Man Chin Po -el diario chino más antiguo de América- que se edita los miércoles y sábados, y existen tres templos: el Ku Kun Chaou, el Pun Yi y el Y Chin, donde se lee el antiguo oráculo chino.

“Ahora hay pocos paisanos -comenta Carlos Chu, editor del Man Chi Po- seremos 500 los que hemos nacido en China, pero la colonia es numerosa. En todo el Perú habrá medio millón de personas que tienen sangre china”.

El honrable Chu, que desde hace 40 años vive en el Perú, se emociona al recordar sus primeros tiempos en el barrio, pero también lo hace cuando comenta que ahora, luego de 20 años de olvido, el lugar ha renacido, porque la gente está volviendo a los chifas y a los salones de té. El dragón despierta en el centro de Lima.

Extraido de http://www.enjoyperu.com
foto barrio chino

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